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jueves, 7 de marzo de 2013

HISTORIA DE AMOR EN LA MEDINA

El siguiente relato nos fue contado por Amina Bakir, nieta de una de sus protagonistas, en el despacho de nuestra notaria en Marrakech, mientras hacíamos tiempo, entre tés, para poder reunir a todos los herederos de un destartalado caserón de la medina del que pretendíamos formalizar su compra, para restaurarlo y reconvertirlo en un pequeño hotel palacio de las especias 

Moucharabieh de la habitación de Latifa (Bab El Khemish) 

PEQUEÑA HISTORIA DE AMOR Y DESENCUENTRO EN LA MEDINA.

Cuando en 1.813, Hicham Echerid, conoció en Casablanca a la que sería su segunda esposa, Madeleine Gaudet, el acaudalado comerciante de especias, poco podía imaginar que ese sería el principio del fin de su primer matrimonio y que ocho años más tarde tendría que dejar su casa familiar en la medina de Marrakech, una mansión conocida como Dar Echerid, construida por su abuelo treinta años antes en el número 35 del Derb Sidi Bouamar, junto a la mezquita del barrio de Riad Larousse.

Madeleine el día de su boda en Casablanca

La vida opresiva del harem y los pocos alicientes que ofrecía la medina para una mujer occidental, fueron haciendo mella en el ánimo de Madeleine, de poco valieron las reformas hechas en los salones marroquíes de la planta baja pare darle un aire más europeo, ni los muebles importados de su dormitorio o incluso la bañera de cobre que le evitaba el ritual semanal del hamman con las demás mujeres de la casa.





En el patio de su nueva casa de Gueliz con sus hijos



En 1.821, la familia al completo, saliendo de la antigua medina por la puerta de Bab Daoukala, se traslada al conocido como barrio francés, en la ciudad nueva de Gueliz, abandonando el antiguo palacete en las manos del tiempo y de sucesivos inquilinos durante más de noventa años; sin embargo será ahora Latifa Bakir, la primera esposa de Hicham, quien no se adapta al cambio que suponen las costumbres occidentales; las comodidades y el jardín de la esplendida villa, en la actual calle Hassam II, no consiguen hacerle olvidar el bullicio y las callejas de la medina, así como el frescor y el murmullo de su antiguo patio; al año, decide divorciarse y regresar a la casa paterna en Bayn-l-Masser, junto a la antigua puerta de Bab-el-Khemish.


Nuestro pequeño homenaje a estas dos mujeres, son Bab-el-Khemish y Bab Daoukala, las habitaciones que ellas ocuparon en el Ryad; la primera conservando el Moucharabieh de cedro desde donde Latifa veía pasar el tiempo, la segunda, conservando los muebles y la bañera de cobre que Madeleine usó durante once años; ambas como símbolo de dos mujeres cuya única diferencia era haber nacido en dos mundos culturalmente distintos a caballo entre dos siglos.

Antigua bañera de cobre de la habitación de Madeleine
Moucharabieh de cedro Bab el khemish
  












miércoles, 6 de marzo de 2013

EL ANTIGUO PALACETE

Por fin podemos presentar en exclusiva nuestro riad palacio de las especias fueron muchos meses los que tardamos en encontrar el riad perfecto, buscábamos un conjunto de características difíciles de reunir en los riads que ya existían en la medina. Para nosotros era importante la localización, el tamaño del edificio para obtener habitaciones amplias y confortables, las vistas y quizá lo más complicado era lo de conseguir parada de taxi y parking cerca.

Patio principal restaurado

Fueron casi dos años de búsqueda y en Julio de 2010 encontramos el riad que reunía todas esas características tan importantes para nosotros.

El edificio estaba en mal estado pero enseguida vimos que tenía muchas posibilidades, no lo pensamos y  empezó nuestra aventura, tardamos otros dos años más en la restauración, pero hoy por fin podemos decirle a todo el mundo que palacio de las especias esta abierto al público y que nos encanta el resultado final.

        
antigua puerta 
antigua puerta restaurada

El antiguo palacete en si era una joya que estaba pidiendo una reforma a gritos, decidimos conservar toda su historia, así que restauramos sus antiguas puertas, ventanas y artesonados así como los moucharabies de sus salones; en un pequeño desván aparecieron antiguos muebles, libros, fotografías, cajas de especias, cartas y utensilios personales de los antiguos propietarios, verdaderas joyas que poco a poco nos iban desvelando los secretos y entresijos de aquel antiguo palacete, muchos de esos objetos decoran hoy las diferentes estancias de palacio de las especias